Por fin, tras dos años de pandemia, las cifras empiezan a cambiar el rojo por el verde y los datos nos acercan a una época en la que el Covid no existía. Sin embargo, las fórmulas de siempre no sirven. El consumidor ha cambiado y las estrategias de marketing en el sector turístico deben adaptarse a él.
Que volvamos poco a poco a cifras pre-Covid no significa que las recetas anteriores a la pandemia vayan a funcionar. El consumidor ha cambiado. Ha habido una evolución en los hábitos de consumo, en la gestión y la planificación de viajes y en las expectativas puestas ante cada experiencia turística.
El nuevo consumidor se ha digitalizado; y no solo el público joven, el adulto se ha visto obligado a usar el QR y descargar apps en el móvil para poder identificarse, así que están más familiarizados con la tecnología. Además, debido a las restricciones que aparecían y desaparecían a última hora, todos nos hemos acostumbrado a la flexibilidad: planificar con menor antelación, mover viajes de fecha, cancelar unos planes y abrir otros, siempre adaptándonos a lo que se permitía hacer en cada momento. El nuevo consumidor quiere facilidades a la hora de reservar y cancelar y vive el día a día.
Una estrategia de Marketing 360º permitirá a las compañías turísticas adaptar sus mensajes al nuevo contexto y transmitirlos por los canales adecuados de manera coherente. En este momento es necesario diseñar campañas mucho más localizadas y segmentadas, para optimizar la inversión y aumentar la probabilidad de éxito.
La personalización es ahora más importante que nunca. Es la mejor forma de transmitir confianza y aportar la seguridad que el usuario necesita en estos momentos. Si ya era una tendencia al alza, tal y como pudimos comprobar tras diferentes entrevistas a expertos del sector hotelero, ahora lo será aún más.
A continuación te dejamos algunos consejos para diseñar estrategias de marketing en el sector turístico con éxito:
El viajero post-pandemia busca experiencias reales, que ya no se basan en viajar a la otra punta del mundo a conocer culturas exóticas. Se pone en valor el turismo de proximidad, la calma, los rincones menos masificados, descubrir lugares increíbles que estén cerca de tu casa. Se trata no sentirse un turista, sino un local más que ha hecho una parada.
No concibamos viajar cómo “salir de tu vida” para descubrir otra, sino como una experiencia mucho más fluida en la que queremos conocer de verdad lo que está a nuestro alrededor. Buscar la sinceridad, la honestidad y la transparencia en los mensajes es una muy buena estrategia de marketing turístico.
Como hemos mencionado anteriormente, el marketing del turismo debe adaptarse a cómo se comporta el usuario. Y ahora, más que nunca, es digital. El Covid nos ha empujado a usar la red para todo tipo de trámites que antes hubiésemos hecho en persona, y la verdad que no ha sido difícil acostumbrarse.
Ahora, al viajar, tu móvil puede convertirse en tu mapa, tu free tour, tu agencia de viajes e incluso tu recepcionista. Y las empresas que se dediquen a dar servicios al turista, sea del tipo que sea, deberán invertir en su propia transformación digital para estar a la altura de las demandas de los usuarios.
¿Cómo nos dirigimos al nuevo viajero? ¿De qué manera hacerle llegar nuestro mensaje? Hay un nuevo cambio de paradigma que busca la emocionalidad. Tenemos que crear mensajes basados en las personas y sus necesidades: entender por qué y para qué quieren viajar, y conectar nuestra propuesta con lo que les remueve.
No hay que tener miedo a dirigirnos a la parte más sentimental, y tampoco a buscar canales de participación para recoger opiniones y que el viajero se implique en las decisiones sobre su viaje. Una cosa está clara: no basta solo con un listado de precio y características, hay que crear un storytelling convincente, la narrativa que seduzca a tu audiencia a elegir tu destino.
Turismo y tecnología van de la mano. Ahora, si cabe, es aún más importante realizar un buen trabajo de segmentación de la base de datos para localizar nichos, nuevos segmentos y adaptar nuestros mensajes.
Y es que, en muchas ocasiones, necesitamos realizar comunicaciones específicas pero la base de datos no está segmentada. Quizás necesites dirigirte a un público local, nacional o incluso por comunidades autónomas. El camino es largo y quizá no sea fácil al principio, sobre todo si empiezas de cero, pero merece la pena recorrerlo. Es una inversión a medio largo plazo que dará sus frutos.
Por ello, tener tu base de datos preparada te permite actuar de forma rápida y focalizada de acuerdo a las necesidades del momento. Trabajar en este aspecto y estar preparados resulta fundamental. En los tiempos que corren, personalizar y adaptar las comunicaciones es más importante que nunca.
Como vemos, las estrategias de turismo a adoptar son múltiples y compatibles entre sí. Lo que está claro es que pueden marcar la diferencia en los resultados obtenidos. Será complicado, tendremos que repensar muchas cosas y sin duda salir de nuestra zona de confort, pero totalmente necesario si queremos continuar persiguiendo nuestros objetivos, los de siempre, e incluso nuevos. Y tú, ¿estás trabajando en ello?